Identidades

En esta ocasión les comento que nuestro personaje encenderá los mas sensibles axiomas de sus neuronas y les hará recordar momentos muy adentro de sus mentes que hasta hoy están escondidos.

Muchos lo dieron por fallecido y quizá al igual que yo muchos tienen mas de 30 años de no verlo, sin embargo aun así muchos lo recuerdan.

Nuestro personaje es un gran comerciante y nos deleito a todos, por casi 30 años, 30 años de historia, viendo el ir y venir de toda nuestra comunidad.

Para aquel entonces, corrían los años de 1980, y todos los que pasamos por la escuela Pedro Maria Badilla Bolaños, vivíamos una rutina muy similar a la que describo a continuación:

Sonaba la sirena de la escuela a eso de las 07:00am y era el indicativo de que iniciabamos las clases, recuerdo que todos llegábamos bien bañados y con la panza llena, por que entre los desayunos mas comunes eran un pedazo de melcochon, bien embarrado con mantequilla, acompañado de un buen cafecito y/o el aguadulce.

Sin embargo, uno de los mayores atractivos de la escuela era salir al recreo grande.....era ese el momento de gastar los 2 colones que nos daban para hacer las compras de la merienda, para esas fechas al rededor de la escuela no habían muchos lugares y negocios para gastar los chuminos que nos daban, recuerdo bien que estaba el establecimiento del Sr Paco Valerio, y algunos que otro lugar como el estanco, la pulpería de Don Jesus, entre otras.

Pero aunque ustedes no lo crean nos daban para la merienda solo Dos Colones.....si, si, si!! solo Dos Colones.... era plata cuando eso, imagínense ustedes que comprábamos:

Copos, 25 centavos

Gato Sin leche 10 centavos

Gatos con leche 15 centavos

Meneitos 15 centavos

Sorbetos 15 centavos.

Que mejor lugar para gastar los chuminos!!!

Ese dinerillo los gastábamos con el reconocido Alejandro el Copero....El es el hombre donde dejábamos nuestros cincos al momento del recreo grande.

"Cooooopo copooooooooooooo"

Damas y caballeros les presento al Sr Alejandro Gomez Zamora, alias Alejandro el Copero....que sea este retrato, el que permita que sus mentes se contraigan y que inevitablemente recuerden los detalles cuando salían a recreo y era inevitable pasar a comprar a donde el famoso Copero.

A tiempo aquellos que no volverán.