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  • IDENTIDADES -EL BOYERO

EMILIO ESPINOZA


El día de hoy

el personaje es alguien muy especial y espero estremecer la memoria de mas de un Rafaeleño con esta historia, la cual comienza así...pasaban los años 80s cuando mi memoria comenzaba a grabar algunos detalles en lo mas profundo de mi mente, no sabia que dichos recuerdos florecerían en la actualidad para dar lugar a estas anécdotas.

Recuerdo bien que recién llegado a la Urba, (la Arguedas Molina) pese a que no teníamos muchos vecinos, lográbamos juntarnos algunos chiquillos y en nuestros ratos libres (todo el día) nos pasábamos recorriendo sus trillos y cafetales para entretenernos durante las mañanas o las tardes, es que ese lugar era todo un paraíso, la Urba estaba rodeada de muchas atracciones y definitivamente les sacábamos mucho provecho, a los cafetales, ríos y espacios especiales para el jolgorio diario.

Entre los güilas del lugar, montábamos un grupo al que le llamábamos “La Barra”…y nuestro único objetivo era jugar, jugar y jugar durante cada instante que pasaba, hacíamos todo tipo de actividades, pero nuestros principales juegos olímpicos eran los trompos, las bolinchas, el famoso quedo, la anda, el escondido, un dos tres tarro, el pateadero, escudo corona, ladrones y policías y no podían faltar las mejengas en la calle principal de la Urba, al cabo ni carros pasaban por ahí, la cosa era pasar el rato de forma divertida, por lo tanto practicábamos cuanto juego que se nos ocurriera, eso si antes de que nos llamaran a comer a nuestras casas.

Tengo la obligación de traer el recuerdo del famoso y mal encarado “Biyu” un perro de muy buen porte, era casi saguate y se dedicaba a correr a quien se le antojara, yo gozaba mucho por que Biyu era de mi casa y por lo tanto ni a mi, ni a mi hermano Juan, nos corría.

Me divertía viendo correr a los demás, recuerdo que le gustaba correr al Ado, al Florian, al Alex, al Flaco Miguel Ángel, al Ronny, al famosos Jebillo, sin contar al Eduard y Walter, eran los preferidos de Biyu para perseguir.

Todo esto lo traigo a colación por que el famoso perro Biyu, aunque corría a mas de uno, también funcionaba como una alarma natural, si, si una alarma, vean!! el perro tenia un súper oído que lograba escuchar a lo lejos que se avecinaba algo fuera de lo común y ese casisaguate tenia que ladrarle de seguido, el perro lograba escuchar y/o olfatear algo que para nosotros de momento era imperceptible y que cada vez se acercaba mas y mas, entre mas se acercaba el Biyu mas se alborotaba para salir corriendo a topar a nuestro personaje, y al rato ya todos lográbamos escucharle con claridad, era el inicio de toda una carrera olímpica.

En esos tiempos a muchos no nos dejaban salir con facilidad, entonces teníamos que escapar de alguna manera de la casa, para unirnos al jolgorio y a la competencia y en ocasiones topábamos con suerte y por esas cosas de la vida, habían menos carajillos y disfrutábamos el doble, por que era mucho mas sencillo subirnos a dar una vuelta en aquel carruaje que se avecinaba.

Nuestro amigo Biyu anunciaba con fuertes ladridos que la carreta y sus bueyes estaban por llegar y con ella venia la aventura, a cual de ustedes no le gustaría una vuelta en carreta?, era una experiencia sensacional y divertida y tengo que confesar que en muchas ocasiones nos valíamos de nuestro cuerpo para subirnos y dejar a los mas pequeños por fuera, es que la vuelta iniciaba en la esquina de la casa del Sr Arnobio Sánchez hasta el recibidor de café de la Urba, nadie quería perderse el viaje de ida y de vuelta.

Identidades le agradece a nuestro invitado, el boyero mas emblemático de San Rafael de Heredia, por el gran aporte que hizo en nuestras infancia y nos enorgullece que forme parte de nuestra hermosa cultura y tradición, les presento al legendario Sr. Emilio Espinoza Ulate.

Quedan invitados a regalarnos sus valoraciones y opiniones sobre al imagen y la historia.


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